Palabras y silencios.

Juguemos a estar en silencio y a gritos
lanzaré por tierra todos aquellos mitos
que decían que yo era quien tenía la llave
de un corazón marchito, de un corazón errante.

Juguemos a desearnos esta noche prohibida
y que los dioses deseen erradicarme la vida
por sentir los celos que en sus ojos reflejan
cada vez que tus dulces labios me besan.

Juguemos a crear un nuevo juego inventado
en el que cada noche te acuestes a mi lado
y en el que un trozo de silencio que esté sentado a tu vera
sea como mirar las flores en primavera.

Prometo no volver a quererte en exceso
prometo no volver a decirte que te quiero
y tú prometeme que no volverás a irte
a medianoche, a oscuras y sin despedirte.

Prometo no volver a prometerte la luna,
prometo no volver a equivocarme contigo.
Pero prometeme que volverás con la luna
y que no dejarás que me caiga en tu olvido.

Palabras que de juegos de niños inventamos,
palabras que nos hieren cuando nos enfadamos,
palabras que consuelan nuestras almas vacías.
¿No entiendes que son solo eso, palabras?

Por eso vuelve, no lo dudes, me quedaré en el silencio
y escucharé tus besos, tus caricias y abrazos
porque he comprendido que solo fui un necio
que solo quiero verte, sin ataduras ni lazos.