Subscribe:

25 mayo 2010

Lost, más perdidos que nunca

ATENCIÓN: Peligro de spoiler. Si no has visto la serie, es posible que en este post encuentres información que te pueda desvelar algún secreto de la serie, aunque está escrita de manera que no revele nada directamente. No me hago responsable.

Que Lost ha sido un fenómeno de masas, a estas alturas, no es ninguna sorpresa. Que el final de la serie ha marcado un antes y un después en la televisión internacional, tampoco sorprende. Que los productores y guionistas se crean que los fans de la serie vamos a tragarnos ese final, ES DE GILIPOLLAS.

Lo peor de esta serie es que muchas de las incógnitas que han quedado abiertas, se han comentado en los videocast y podcast oficiales de la serie. Material que, desgraciadamente, no ha llegado a nuestro país más que por blogs de fans que han querido traducir y subtitular lo más importante. Así, por ejemplo, material inédito que circula en internet y que está sólo disponible en DVD y Blu-Ray, no ha podido ser visto por los seguidores que no tuvieran acceso a él, ya sea por no saber de su existencia, por no tener las temporadas en DVD - BR, por la dificultad del idioma.

Además, han sido especialistas en dar muchos rodeos a los misterios de la trama y en dar explicaciones poco convincentes. Tanto es así, que se ha dicho que los productores y guionistas de la serie están preparando un libro donde se explicará todo lo que ha quedado en el aire (aún por confirmar). Lo que sí han dejado claro desde antes de la emisión de este último capítulo doble ha sido de que no habrá más Lost; ni spin-offs, ni películas, ni contenido especial inédito, ni capítulos especiales. Nada. Cero. ¿Y qué te queda al final? Un sabor agridulce. Más agrio que dulce desde mi punto de vista. Vamos por partes.

La serie, en general, está llena de altibajos, de momentos en los que amarías a los guionistas y otros en que, sencillamente, los enterrarías vivos en la misma playa de la isla. Las dos primeras temporadas fueron mejorando a cada capítulo nuevo que emitían. La tercera temporada me parece casi la más sublime de toda la serie. Aquí es cuando la serie sufrió el tan comentado parón por la huelga de guionistas y se ha ido arrastrando durante las tres temporadas siguientes, desde mi punto de vista. Dejaron de ser 24 capítulos por temporada a ser sólo 17 y eso se ha notado. A medida que avanzaba la serie se iban creando nuevos misterios e incógnitas y se daban pocas respuestas, lo que sumado a la reducción de capítulos, ha hecho que tuvieran menos tiempo para preparar el final. Además, se han visto incongruencias en el guión, hilos argumentales que no daban información relevante para la serie, como lo del templo o la vida paralela de qué hubiera pasado si el avión no se hubiera estrellado que ha sido completamente de relleno. Como estas, hay cientos de dudas que se quedan sin resolver, así como otras que deberemos aclarar con la ayuda del contenido extra de los DVD.

Si cogemos el último capítulo de manera aislada, la serie termina con un final cerrado aunque en muchos blogs, foros y webs se haya dicho que quedaba abierto. Además, el final es visualmente precioso, dejando la serie a un buen nivel. El problema está en que, al dejar tantas preguntas en el aire, da la sensación de que faltan trozos de la trama.

Si nos despegamos de la insana (a veces) necesidad de explicar todo lo que ocurre, nos quedamos con una serie que narra, de una manera maravillosa, la evolución de unos personajes perdidos, solitarios, con una vida más bien triste y/o nefasta que se encuentran los unos a los otros y se demuestran que el ser humano puede superar cualquier dificultad, que nunca estamos solos si sabemos mirar más allá de los límites que nuestros ojos nos imponen y que, al final, no morimos solos. Porque, para mí, de eso habla la serie.

Por otro lado, si nos mantenemos en las reglas pre-establecidas por no se sabe quien para escribir guiones de series, evidentemente la serie deja infinidad de incógnitas sin resolver. Tantas o más como para crear un spin-off, una película, libros, comics, videojuegos y un sin fin de material añadido a la serie.

Veremos a ver si, al final, productores y guionistas querían darnos una clase magistral de moral humana o, por el contrario, acaban explotando el monstruo que han creado para llenar más y más sus arcas. Por ahora, sólo nos queda esperar a que se filtren los otros dos finales alternativos y ver los cerca de 20 minutos de material inédito que, supuestamente, saldrá en el pack en DVD y BR de la sexta y última, por ahora, temporada de esta gran serie.

24 mayo 2010

Errores

A veces, no siempre, creemos estar haciendo bien las cosas, aunque realmente estás cometiendo algunos de los mayores errores de tu vida. No hay peor sentimiento que el darte cuenta de cuando has perdido la oportunidad de enmendar errores pasados creando nuevos errores. En ese preciso instante, que se inicia en un segundo pero que dura toda una vida, puedes ver como se te desmorona el castillo de arena que habías creado con todas tus ilusiones.
En ese momento es cuando te planteas qué estás haciendo con tu vida y por qué haces cosas que no harías por voluntad propia. Es cuando sabes que debes tener la determinación para sentarte, reordenar tu vida y empezar de nuevo a andar desde ese punto. El problema es que no nos pasa una vez en la vida, sino que normalmente suelen ser varias veces y, a medida que se van acumulando, el levantarte y volver a andar tiene mayor dificultad. Si a eso le añades que has herido a gente a la que aún quieres, la dificultad crece exponencialmente.
Yo ya llevo varias veces acumuladas, varios intentos en los que, por el motivo que sea, el cambio no ha sido el esperado. Poco a poco, las fuerzas para volver a intentarlo van menguando y vas notando que no te quedan muchas ocasiones para empezar a hacer las cosas bien de una vez. Y cuando el único motivo que se te ocurre es el recuperar algo que has perdido casi definitivamente para siempre, la odisea se vuelve hercúlea.
No quiero tirar la toalla antes de empezar el combate, un combate que empezaré sabiendo que lo tengo perdido, pues aunque lo gane, no conseguiré lo que más ansío, pero el sentirme solo, aturdido, vencido, humillado por mí mismo y por mis propios actos y decisiones, me hace plantearme si merece la pena luchar de nuevo o salir del ring y olvidar la lucha.
Siempre he estado convencido de que nada es imposible, de que para todo hay una manera de llegar y conseguirlo. Esta vez, sólo puedo decirte una cosa: te prometo que intentaré intentarlo, pero perdóname si no lo consigo y entiéndelo, pues soy humano y de eso estamos hechos, de errores y logros, fracasos y triunfos. Aunque este ya haya sido un error y un fracaso. El mayor de todos.

12 mayo 2010

La viga en el ojo propio

Sin lugar a dudas, el ser humano es fascinante. Y cuando se tiene algún tipo de transtorno obsesivo-compulsivo, como es mi caso, el simple hecho de vivir se convierte en toda una odisea. Ríome yo de la Odisea de Homero, aunque claro está que cada uno vive y siente a su manera y no es comparable a la de ningún otro.

Llevaba ya una temporada transitando por los peajes de la vida, aquellos que pagamos, sin darnos cuenta, con un cachito de nuestra alma a cambio de poder seguir avanzando en nuestro camino. Intentaba evitar aquellas situaciones en las que sabes que acabarás tocado y hundido durante un tiempo ya que no me conviene, pero la complejidad de las situaciones en las que se mete uno mismo a veces sobrepasa los límites que yo mismo me he marcado. Es indudable que los problemas no surgen porque sí, sino que somos nosotros mismos los que, con nuestros actos o nuestras palabras, hacemos que broten a nuestro alrededor.

Cierta es, pues, la frase "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". Aunque yo diría que tropieza infinidad de veces. Incluso tropieza cuando intenta evitar la piedra que cree que hay, pero que en realidad no existe. Nunca he sido un santo, eso lo tengo muy claro. Y soy consciente de que he herido sin remedio a mucha gente de mi alrededor y, sobretodo, a gente que estaba en mi mismo circulo de conocidos y que el tiempo ha hecho que dejara atrás como el lastre de un globo aerostático. Sé que, por ellos, debería disculparme, cambiar mi manera de ser, rectificar y empezar a hacer las cosas bien. Pero no puedo. O no quiero, no lo sé realmente.

Es muy fácil, para la gran mayoría, el dejarse llevar por los cánones de lo normal que marca la sociedad. Eres un bicho raro si tienes 29 años, vives a 70 kilometros de tu familia, no tienes amigos y compartes piso con dos chicos a los que apenas ves porque no quieres relacionarte con ellos. Es curioso como, al igual que los lobos, nos vamos reuniendo en manadas para no quedarnos solos. Pero ese no es el verdadero motivo. Si no queremos quedarnos solos es por miedo a no poder enfrentar las cosas por nosotros mismos, sin ayuda de nadie. Es más fácil superar un error cometido cuando tienes a alguien que te va dando palmaditas en la espalda diciendote que no es tan grave y que todo mejorará. Pero no mejora, no es así. Y no lo hace porque sólo nosotros tenemos el poder de cambiar las cosas, pero cuando escuchamos esas frases, perdemos el empeño de luchar por nosotros mismos, algo que ha demostrado, con el tiempo, que hace a las personas más grandes de lo que son por sí mismas.

Entonces, ¿porqué seguimos culpando a los demás de nuestras desgracias? Afrontemos la realidad. Nunca alguien sufre sin merecerlo. Quizá suene duro dicho de esta manera, pero es una realidad tan grande como el sol que nos alumbra. Ya va siendo hora de curarse uno mismo las heridas. Anclarse en el pasado no sirve más que para no dejar que el alma se cure.