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18 noviembre 2011

Deseo

Ojalá no te hubiera conocido, así olvidarte no sería tan difícil.
Ojalá no me hubiera perdido en tus ojos, así encontrar de nuevo el camino no sería tan duro.
Ojalá no me hubiera asomado a tu alma, así no viviría con este vértigo de no verte.
Ojalá pudiese odiarte, así mi pecho no ardería de rabia.

Las noches se han vuelto mis compañeras y la soledad duerme cada noche conmigo.

16 noviembre 2011

Sacrificio

No siempre todas las decisiones que toma uno son por su bien. A veces, nos sacrificamos por los demás sin importar el precio que hay que pagar por ello. Un familiar, un amigo, una pareja, cualquiera puede ser el que necesite de nuestro sacrificio. En esos momentos, es cuando valoras a esa persona, cuestionas lo que tienes y echas cuentas; analizas los pros y los contras de todo y decides que el sacrificio es grande, pero el resultado puede ser mayor y más beneficioso. Un sacrificio conlleva un compromiso, algo que sabes que debes cumplir cueste lo que cueste, un esfuerzo que durará el tiempo que tenga que durar, de manera no definida. Durante ese compromiso, las fuerzas flaquean, hay momentos de debilidad en los que piensas que no vale la pena ese esfuerzo, que no es para ti o incluso que no quieres seguir sufriendo. Es entonces cuando miras a la persona por la que lo haces, y le ves sonreir y ser feliz, y ahí es donde las fuerzas te vuelven multiplicadas por diez. Porque eso es lo que te empujó a dar ese paso, a tomar esa decisión, a hacer ese sacrificio. Así que te levantas, te sacudes el polvo y vuelves al cuadrilátero a seguir luchado. Sabes que seguirás aguantando golpes uno detrás de otro, pero no importa, porque la campana del final del combate no ha sonado y puedes llegar a ganar.

Nunca se hace nada en bano, nada que implique esfuerzo es inútil. Y aquí sigo, aguantando los golpes, esperando que caiga mi contrincante o suene la última campana.

07 noviembre 2011

Trocitos de Alma (I)

- Ya va siendo hora de que hagas algo con tu vida, Fran. No puedes seguir en este plan. - me reprochaba Jose desde el otro lado de la mesa. - Se te rien en tu cara y tú ahí, sin hacer nada.
- Jose tiene razón. - Apuntó Mónica.

Ya sabía que no iba bien por donde iba, que todo acabaría por explotar, tarde o temprano, pero supongo que siempre he tenido la esperanza de que todo se arreglara por sí solo. Con 28 años y muchas cosas vividas, seguía teniendo problemas en las relaciones sentimentales; no había manera de dar con alguien con quien poder tener una relación estable. Las últimas no habían sido unas santas que digamos y el haber tocado fondo definitivamente, me había hecho plantearme seriamente una temporada de claustro sentimental voluntario. Siempre había sido un chico que no había tenido problemas para tener una pareja. Solía estar menos de dos meses entre pareja y pareja y, aunque prefería las relaciones estables y duraderas, no se me daba mal el ligoteo de una noche.

Así que me vi, de manera semi involuntaria e inesperada, recluido en mi mismo para poder superar todas las relaciones pasadas. A medida que pasaba el tiempo, me notaba como si fuera perdiendo esa capacidad de relacionarme con la sociedad, como si cada vez fuera más difícil salir a conocer gente. Supongo que por eso, y porque no tenía trabajo, decidí irme a la gran ciudad, a probar suerte con una nueva vida. Conseguí reunir algo de dinero y me lancé a la aventura. Nunca olvidaré como comenzó todo.

La mudanza me sirvió para poder desacerme de cosas que no me iban a servir para otra cosa que seguir cargándome con lastres del pasado. Me harté a llorar en mi habitación mientras la iba haciendo mía. Sabía que los próximos meses esa habiación iba a ser mi mundo, mi burbuja y mi única compañera.

Exagerando

No puedo dormir pensando en las implicaciones
de indagar en lo profundo y posiblemente las complicaciones.
Especialmente de noche, me preocupan las situaciones
Ya sé que estaré bien, quizá sean imaginaciones.

Día tras día, reaparece y noche tras noche mis latidos muestran el miedo
Fantasmas aparecen y desaparecen.

Solo entre las sábanas, sólo me trae exasperación.
Toca caminar por las calles; huelen a desesperación.
Al menos hay bellas luces y aunque a penas varíen,
anulan la noche de excesos.


Día tras día, reaparece y noche tras noche mis latidos muestran el miedo
Fantasmas aparecen y desaparecen, volved otro día.

No puedo dormir pensando en las implicaciones
de indagar en lo profundo y posiblemente las complicaciones.
Especialmente de noche, me preocupan las situaciones
Ya sé que estaré bien, solo estoy exagerando.

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Me enseñaste esta canción y no pudiste estar más acertada. Para ti va dedicado este post.