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30 junio 2010

Sueño

Soñé que volaba y llegaba a tu ventana.
Soñé que dormías y yo te arropaba.
Soñé que volvía y me quedaba a tu vera.
Soñé que llovía y que el agua me empapaba.

Soñé que la luna me hacía de cuna.
Soñé que tu pecho era mi almohada.
Soñé que tu pelo cubría mi cuerpo.
Soñé que tus besos aún me alimentaban.

Soñé que reía y era contigo.
Soñé que nadaba en tu mar de caricias.
Soñe que miraba tu eterna sonrisa.
Soñé que tu luz me iluminaba.

Soñé que eras mía y que nunca te ibas.
Soñé que era fuerte y que sonreía.
¿Quién eres que tanto te sueño
y no sé tu nombre ni tampoco te encuentro?

¿Por qué?

Hay días en los que me levanto sin tener muy claro porqué mi cabeza se empeña en vivir una vida que no es la que sigue el resto de mi ser. Esos días suelen estar disfrazados de normalidad. Las calles siguen igual que siempre y el tiempo sigue pasando marcando el ritmo a cada paso que da, pero mi mente evade esa realidad para coger un lienzo diferente donde pintar una realidad alternativa; realidad que, por supuesto, no se acerca ni por asomo a la que debería ser. Pero, ¿cómo se puede decidir entre la realidad que uno imagina, la que uno anhela tener ante sus ojos y la que es?

La naturaleza del ser humano está llena de incógitas y paradojas que marcan nuestro estado de ánimo en cada uno de esos pasos que el tiempo da. Es sencillo dejarse llevar por recuerdos y fantasías que reconforten nuestro corazón, sedándolo de la cruda verdad para que el sufrimiento sea más llevadero. En mi caso, es evidente que funciona a medias, porque por un lado me permite crear un mundo a mi medida, pero por otro me recuerda a cada instante que lo que ahora deseo es poco menos que un imposible. Cada día me recuerdo a mí mismo que no se puede depender de nadie, que nadie hará por ti lo que esperas que haga, pero mi mente y mi corazón siguen pendientes de esa premisa que tanto va condicionando mi día a día.

13 junio 2010

Vomitona

Qué difícil es deshacerse
de un lastre voluntario
sobretodo cuando el peso
es elegído sin cuidado.

Hay personas que no valen
las lágrimas que derramamos,
ni aunque las justifiquen
el hecho de que las amamos.

No es merecido el dolor
de un amor no correspondido
pues no es amor, sino dolor
cuando sientes tu cuerpo dolido.

Y es posible que ella lea
las palabras que hoy escribo
mas no será quien bien me vea
cuando me sienta fuerte y altivo.

De mi dependo y soy dueño
de mis actos y mis sueños
y ahora como roca que frena el mar
seré fuerte y lucharé por cambiar;

porque es así como debe ser
que el hombre crezca y mejore,
cuando por ti, al final, no llore
y decida no volverte a ver.

Personas hay que no merecen
volver a ver aunque lo pidan.
A ti te amé y no guarecen
las heridas que hoy suspiran

por tus besos y tus abrazos,
por tu piel y tus caricias,
más ahora son más como hachazos
que tus ojos no avistan,

pues jamás sabrás que quise
amarte y cuidarte
mas mi piel se tornó quiste
donde el dolor ya no nace.

Otras palabras pude elegir,
para de ti despedirme
mas no mereces este sin vivir
ni del renacer mio verme.

Que el destino te depare
todo lo que ansies en la vida,
pues aunque dolor me dejaste
a ti te deseo la felicidad divina.

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Para todos aquellos que amamos incondicionalmente a una mujer que no tiene compasión por nosotros, que nos utiliza sabiendo lo frágiles que somos y lo mucho que nos duele el tenerlas lejos. Señores, no dejen de amar, porque el amor nos hace hombres, aunque haya mujeres que insistan en hacernos creer que somos malignos, que sólo las utilizamos, que no son más que objetos, porque no es así. Por que la Mujer es para nosotros el ser más preciado, el mejor regalo que nos dió la Madre Naturaleza y porque no ansiamos más en la vida que encontrar aquella que quiera que uno la ame, benere, cuide, mime, y haga sentir especial, como lo que son, seres especiales que se merecen lo mejor de nuestra alma.

A ti, que sé que acabarás leyendo este texto, no te guardo rencor. Me has enseñado mucho más de lo que crees y de lo que querías enseñarme. Sólo puedo decirte que seguirás en mi corazón por los años que me queden, mas no serás más que otra cicatriz en mi alma que me haya vuelto más duro y que por ti, otra mujer pagará las consecuencias. Sé feliz y disfruta de la vida. Sólo espero que nadie te haga sentir como yo me he sentido por ti.

08 junio 2010

Las cantantes para adolescentes y otros motivos de suicidio.

Anoche estuve viendo por La 2 el concierto de Rock in Rio que se celebraba este fin de semana en Madrid. Concretamente a Miley Cyrus. Supuestamente, la noche del domingo 6 de junio era la noche familiar, y los conciertos estaban encarados a los más peques de la casa. Entonces, ¿porqué salió Miley en lencería? Y lo que es peor, ¿a qué se debían esos movimientos cargados de sexualidad delante de los altavoces?

Alguno me tratará de antiguo o lo que quiera y me dirá que eso vende y que no deja de ser un espectáculo, pero es que no es el primer caso que encuentro en este tipo de artistas que, supuestamente, están enfocados al público más joven. Veamos algunos casos.

Britney Spears fue una de las caras más conocidas en el canal Disney de Estados Unidos. Empezó su trayectoria con temas encarados al público joven, pero a partir del tercer disco, su carrera dió un giro tremendo. Quien no recuerda aún aquel polémico video del Slave for you (podéis encontrarlo en YouTube sin problemas), un video que tanto la música como el montaje estaban cargados de tensión sexual y provocación. Y a partir de ahí, se sigue la premisa de que 'el sexo vende' y eso es lo único que importa.

Cristina Aguilera sufrió un cambio similar. Ésta tardó mucho menos, pues su segundo disco ya lo tituló 'Dirrty'. Empezó con su carita angelical, con su gran éxito Genie in a bottle y su ascenso fue más que notorio. Pero cayó, de nuevo, en la misma premisa que Brit.

No digo que haya que censurar el sexo a los adolescentes, es evidente que no se debe hacer, ya que todo aquello que se prohibe se vuelve tentador, pero ¿hay necesidad de esto? Yo creo que la juventud se está perdiendo, que los niños y niñas de hoy en día quieren crecer demasiado deprisa, y eso, para mí, no es nada bueno.

Os dejo que vayais pensando en ello para que reflexionéis hacia donde queremos que se dirija nuestra sociedad pues nosotros somos los que ahora tenemos el poder para cambiar las cosas.