Incondicionalmente

El amor no es algo que se elija, no es una decisión que puede tomar alguien porque sí. El amor no es sólo un sentimiento, no es un motivo ni un porqué. El amor no es lo que uno quiere ni lo que uno desea. El amor no es nada de eso. El amor es algo que te elige, que decide por ti. El amor es una forma de vivir, es la razón de estar vivo. El amor es aquello que hace quieras y desees. No hay condiciones, motivos ni porqués. El amor no atiende a razones. Es algo que nos cambia la vida, que nos guía en cada paso que damos, que nos empuja a cuidar de lo que amamos incondicionalmente. Se dice que lo más duro es amar sin ser correspondido. Yo empiezo a creer que no, porque amar implica eso, el lanzarte sin saber qué te va a deparar el día siguiente, la hora siguiente o el minuto siguiente. Vives cada segundo junto a la persona que amas como si fuera el último, de la manera más intensiva posible, entregando tu corazón, tu mente, tu cuerpo y tu alma. Y realmente no importa que esa persona no te corresponda, porque sabes que una de sus sonrisas merece todo el esfuerzo del munto, todas las noches en vela, todas las lágrimas derramadas en esa almohada que te acompaña en todas y cada una de tus solitarias noches.
Habrá quien no lo entienda, quien vea en mi pensamiento una locura, una majadería. A todos ellos, sólo les puedo decir una cosa: no os habéis enamorado nunca. Porque amar es subir a la montaña más alta del mundo para bajar hielo para enfriar esa bebida de la persona amada. Amar es tejer las sábanas más suaves de la mejor seda para cubrir sus sueños. Amar es aprender a cantar una bella nana aun estando afónico para velar sus noches. Amar es aprender a cazar con tus propias manos para alimentarla. Amar es sacrificio, esfuerzo, sudor, dolor, delirio, flaqueza, sufrimiento, todo lo que sea necesario por su sonrisa.
Y ser amado no es otra cosa que saber valorar lo que hace quien te ama para que te sientas amado y serle completamente agradecido.
Nunca dejaré de amar, aunque desaparezca de mi vida la persona amada, puesto que cada segundo que siga amándote me demostrarán que sigo vivo.